lunes, 20 de abril de 2009

Un balance personal del Bafici 11

.Hace rato que se apagó el burbujeo.
Fueron 10 días de poner mis dedos en "pido gancho" para sumergirme en mi otro lado, con todo desparpajo y desinterés por lo que pasara fuera de esa cúpula cobertora de sandwiches (bella metáfora, ¿verdad?).

Sin ánimo de poner moños al paquete, quelques choses:

Felicidad compartida. Independientemente de que en casa la mulita trabaje sin cesar, disfruto cada vez más de ir al Bafici, de ver esas películas en salas que suelen ignorarlas impunemente durante el resto del año, y, en especial, de sentir la comunión con personas conocidas y desconocidas hermanadas por una especie de secta ad hoc, felices en su ciudadela.
Este año,en particular, mis vacaciones y la escritura diaria en plan cronista autodesignado, subieron el índice de satisfacción.

Xanadú. Casi todo lo que pudo verse era susceptible de ser conseguido en forma previa al festival: medios y picardía no escasean en el cinéfilo promedio. Pero el evento es mucho más que la suma de sus partes.

Declaración de Principios. Ningún formato, ninguna pantalla plana, ninguna tecnología avanzada para ver películas encerrados comodamente en casa se compara al rito social y compartido de disfrutarlas en salas con buena calidad de proyección y sonido.
(El pochoclo: problema ontológico).

Eligiendo. A partir de una oferta que excede las 400 películas, resulta evidente que cada uno construye su Bafici propio, complementario, lindante al de los otros.
En mi cóctel incluí a los a descubrir Gomes, o Reichardt, pero también a Breillat, a Varda, a Denis, a Maddin - los “mainstream” del contexto -, y a algunos objetos inclasificables (dicho en el mejor sentido): El Pasajero de Munk y The Housemaid, esa historia familiar asfixiante de Ki-young Kim.

Placer y Masoquismo. Confieso haberme esclavizado un poco en este auto compromiso levemente absurdo de reseñar todas las películas vistas. Que fueron como 19, y eso porque concebí mis vacaciones laborales estratégica y simétricamente divididas en: 10 días en San Martín de los Andes y 10 en el cine (¿luces y sombras, respectivamente, o al revés?).

Cine nacional. No debería interesarnos la "argentinidad" de una obra ni las estúpidas apelaciones estatales a apoyarla. Me pasa lo mismo que con la Selección de Fútbol, cuyas uniformes camisetas blanquicelestes y el hecho de denominarse "Argentina" pretenden - con ayuda del chauvinismo mediático - forzarnos a la identificación.
Considerado desde ese punto de vista, me es totalmente indiferente la puja entre las distintas universidades locales del rubro respecto de la representatividad y validación de sus estéticas.
¿O será que mi patria es el cine a secas, con su genealogía de próceres?

Libros. Internet cambió el modus operandi del intercambio crítico cinéfilo, y allí está para atestiguarlo Movie Mutations, publicado en el Bafici 2002.
En Jugar (la luz de otra cosa), el libro de textos críticos de Rodrigo Tarruella que el Bafici editó este año, es posible asomarse a una escritura anterior a la omni influencia de la red que, sin embargo, vista en retrospectiva, ya sorprendía en su multidireccionalidad.
(Leyéndolo, me viene a la memoria la admiración que tenía en mi adolescencia por gente como Anibal Vinelli u Homero Alsina Thevenet, capaces de escribir inteligentemente sobre el cine y su historia a partir de hipótesis propias y, a la vez, portadores de una enciclopedia mental con toda la data).

Ratificado: la mejor semana del año para estar en Buenos Aires.

Que no se acabe. El entusiamo es contagioso y supura propuestas como la del blog La Lectora Provisoria: extender la cobertura de la edición 2009 hasta el comienzo de la edición 2010. ¡Y lo están llevando a cabo!

Lo mejor. En esta edición el input fílmico generó un abundante output escriturario en el blog, lo cual es facilmente comprobable haciendo un travelling vertical (con la barra de scroll) por los últimos, digamos, 30 posts. En este sentido, lo mejor de lo mejor fueron las colaboraciones espontáneas y entusiastas -puro afecto- de amigos y de Maré.

Pelis, artículos y puntajes. Para finalizar acomodando un poco los estantes, abajo se consignan, ordenados por puntaje, todos aquellos films del festival que tuvieron cobertura en viviendodosveces, con los hiperlinks para su lectura:

Bafici: Les Plages d'Agnès (Agnès Varda, Francia, 2008). Nota 1: La Espigadora (9)
Bafici: Les Plages d'Agnès (Agnès Varda, Francia, 2008). Nota 2: La Enamorada (9)

Bafici: The Housemaid (Ki-young Kim, Corea, 1960) (9)



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Y el puntapié inicial:
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4 comentarios:

  1. En los BAFICIs que disfruté, el placer de ver películas fuera del circuito de lo accesible siempre se vio igualado y, tal vez, superado por esa sensación de complicidad, de euforia y desmesura compartida. Los Otros no eran hostiles como en Lost, sino parte de la razón del disfrute.
    Tal vez la respuesta a los Críticos que se preguntan porque no se dedican salas permanentes a este tipo de cine, sea que sin el contexto orgiástico del festival, muchas de estas películas pierden más de la mitad de su encanto. No lo sé, por lo menos eso fue lo que me pasó a mi este año cuando me desencontré (por razones ajenas a la calidad de este BAFICI) con esa sensación de ser miembro de la cofradía.
    En cualquier caso, celebremos la felicidad de los amigos, que alguna vez volverá a ser nuestra!

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  2. Pablo querido, este blog ya es material de consulta. Me alegra muchísimo haber paricipado. Todavía te debo un comentario acerca de Lynch, pero dame tiempo, porque voy a necesitar altísimas pócimas! Te mando un abrazo!!!

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  3. paricipado! jejeje! y bue...

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  4. Lo bueno, lo malo y lo feo.
    Baficis, escribir, melancolía, euforia, momentos de cuestionamiento, obsesiones adictivas, falta de tiempo, hacerse un tiempo...
    ¿Qué quiero decir con esto? Ni idea.
    ¡Pero que alegría leerlos!

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