sábado, 11 de abril de 2009

Bafici: Jerichow (Christian Petzold, Alemania, 2008)

. Una mancha negra flota en el centro de esta historia y se expande hacia todos sus bordes de thriller, la frase: "No es posible amar si no tienes dinero".
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Petzold aprovecha la premisa básica de "El Cartero Llama Dos Veces" (la esposa y el amante complotados para asesinar al marido), y la inserta en el contexto de una Europa actual, retratada como páramo moral, donde el amor se compra, el sistema induce a pequeñas corrupciones, y los inmigrantes logran abrirse camino pero no llegan a insertarse en la nueva sociedad.
Cada plano está hipercalculado y responde a la necesidad de progresión narrativa de un argumento que enfatiza menos lo pasional que lo social, reflejado en la soledad y el individualismo de cada personaje no por arquetípico menos complejo.
El guión es lo que denominaríamos “de hierro”, cada escena agrega información y direcciona en forma inapelable hacia el abismo final – literal y metafórico a la vez – del triángulo amoroso.

Nina Hoss está magnífica en su contención interpretativa, y permite ver a través de su belleza la angustia constitutiva de su Laura cautiva. También aquí, al igual que en "Yella", recorre paisajes de Alemania como muerta viva.
Si quiero ser justo, en verdad debo decir que los tres protagonistas excluyentes - Nina (Laura)+Benno Fürmann (Thomas)+Hilmi Sözer (Alí) - logran entre ellos una química poderosa de celos/amor/violencia expresada en un tono menor que, además, retrotrae a los primeros melodramas fassbinderianos, en los que también se alojaba el componente étnico.

Hay una diferencia evidente entre este cine alemán contemporáneo y el de los cineastas que lo precedían.
A los elementos expresionistas asimilados por el intransigente Nuevo Cine Alemán para retratar megalomanías individuales (Herzog) u orfandades de un país en post guerra (Schlondorff, Wenders), ya no los reconocemos aquí.
Pero esos recovecos del alma oscura persisten y es posible destilarlos ahora de una puesta en escena más estéticamente aséptica, de un realismo nada barroco y más "limpio".


Puntaje: 7
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