Voluntad hay, pero el físico y la mente tienen límites. No era posible - lo sabíamos desde el vamos -, reseñar todas y cada una de las películas que iba viendo en el festival.
Y más considerando que, así como algunas me empujaron a una escritura automática urgente, otras (o las mismas) activaron el mecanismo con delay, varias veces, o en forma residual.
No quiero dejar pasar la oportunidad, no obstante, de comentar algo sobre aquellas que, teniendo lo suyo, fueron aplastadas por el tren frenético del ritmo festivalero autoimpuesto.
Comencemos hoy por...
En esta malsana comedia cinéfila se nos cuenta, en radiante blanco y negro, la dificultad de querer ser alguien que no se es.
Ingresar a una elite cultural, aprehender sus códigos-clichés, y salir de un ambiente pueblerino hacia el contacto mundano y seductor de la ciudad de Laussane, llevan a Françoise a construir una vida de ficción (pero legítima en su aspiración).
Y, por supuesto, siempre hay una mujer. Aquí, la sensual e histérica Rose Rouge, crítica de "L'Epoque", con toneladas de sarcasmos y una rara habilidad para convertir a los hombres en su juguete.
(Ahora que la rememoro, el mejor personaje secundario de todas las historias que me fueron contadas en este Bafici).
Goce extra:
Constantes referencias a cómo se prefabrica una crítica cinematográfica en un medio masivo; en particular hay una genial referente al método matemático para determinar cuando es buena una película de Chabrol.
Puntaje: 7
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