jueves, 2 de abril de 2009

Bafici: Archangel (Guy Maddin, Canadá, 1990)

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Por: Sebastián Elvino


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Como en la mayoría (o en todas) sus películas, Guy Maddin recrea en "Archangel" la atmósfera extrañísima y bastante teatral de las películas del expresionismo de los años veinte o treinta, con muchas influencias adoptadas del cine y la gráfica, en general, del comunismo ruso de los primeros tiempos. Pero no sólo se trata de una recreación o una reproducción de aquello; las películas de Guy Maddin son parte de un arte completamente contemporáneo, con un gran sentido del humor y una logradísima sensibilidad trágica. La nostalgia y la pérdida, de personas o tiempos pasados, son el eje central.

El presente (en plena guerra) es un momento que debe transcurrir lo antes posible, y si se tiene suerte, aún con vida.
"Archangel" es una tragedia de la Gran Guerra.
El protagonista, un combatiente del sector defensista en la I Guerra ha perdido en batalla no sólo su pierna, sino también a su amor, Iris. A partir de esto, desembarca en la ciudad (quizás rusa) de Archangel, para combatir contra los bolcheviques.
Allí conocerá a Veronka, en la cual verá una reencarnación de su amada Iris. Pero Veronka es la prometida de otro soldado que, a su vez, sufre de una extraña amnesia.
En el plan de reconquistarla, comienza una enorme confusión, no tanto para el protagonista, sino para el espectador.

La película a medida que avanza se torna además de hermosa, bastante absurda, hipnótica, trágica, otra vez nostálgica, otra vez hermosa.


Puntaje: 9
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2 comentarios:

  1. Sí, y además posee en ciernes todo el repertorio temático y formal que luego Maddin desarrollaría en sus cortos y largos posteriores: el respeto y el miedo reverencial a la madre (los padres suelen ser bastante inexistentes en sus tramas),el no poder salirse/escaparse del lugar de origen - madre o ciudad - (literal en "My Winnipeg"), la vaporosa sensualidad de los cuerpos masculinos, el melodrama originario del cine mudo, todos los soportes técnicos para filmar desde que existe una cámara reutilizados de una manera única, los intertítulos, la marcación actoral, la manera en que musicaliza.
    Tanto talento.
    Creo que este tipo - no le temo a la definición -es una especie de Maestro del cine contemporáneo no suficientemente conocido: nadie en el planeta hace lo que hace él (ni podría lograrlo).El sólo recuerdo de la performance que vimos el año pasado en el Coliseo "Brand Upon the Brain" (con G Chaplin narrando en vivo y con los efectos sonoros produciéndose a un costado de la proyección), o el ballet "Drácula, Pages of a Virgin Diary" (con su uso del color), o "The saddest...", o el corto 3 chiflados + Fassbinder "Sissy Boys Slap Party". Mención aparte para el Gran "Heart of The World": 7 minutos donde cabe todo el cine del mundo.

    Qué curioso, a partir de baficis anteriores fuimos conociéndo a Maddin de atrás para adelante, de sus últimas producciones a ésta que reseñás, lo cual - ambos sabemos - nos ha ido generando búsquedas del tesoro más que fructíferas.

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  2. Pablo, qué lindo post! al final fue escrito a dúo, es mucho mejor... gracias por la ayuda en la edición, me encantó.

    A Guy Maddin lo conocí en aquel ciclo de cine que hacía Nicolás en la Fundación Start, y nunca me voy a olvidar de esa performance increíble que vimos juntos y con tanta gente querida, con corte de luz y todo, resultó impecable.

    Un abrazo enorme!

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