jueves, 24 de diciembre de 2009

El origen de un impulso

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Cuatro días robados a la rutina de Buenos Aires y los poros se abren, respiramos mejor.
Eso volví a constatar junto a mi esposa al recalar en Mar de las Pampas hace pocas semanas. El lugar posee –todavía- copiosos bosques que, además, se complementan con playas aptas para la caminata.
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Ocurrió imprevistamente, como un pinchazo psicofísico.
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En el luctuoso día gris, mientras vagaba entre los altos árboles espigados,
la espesura y la encerrona vegetal comenzaron a provocarme temor, a hacerme secretar una adrenalina injustificada.



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Comencé a sacar fotos con mi celular.















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Pronto entendí que me estaban intersectando imágenes de Antichrist, la película que había visto y defenestrado poco tiempo antes.
Esa cualidad de irrumpir para proyectar su ominosa ficcionalidad al bosque real que estaba transitando, me hizo pensar que tal vez debía darle otra oportunidad.

El resto es historia. Volví a verla e impulsó la escritura de una pequeña nouvelle en capítulos (Popcorn con el Anticristo: Intro, Pena, Dolor, Desesperación, Los tres mendigos).

Persiste aún lo más inquietante del asunto.
Porque la arboleda de altos troncos, la frondosidad boscosa y el cielo plomizo de aquel momento vivido en Mar de las Pampas, casi parecen fundirse con los delineados por Lars von Trier, cuesta diferenciarlos.
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Vean sino las fotos.
Sepan que en todo este post LAS ÚNICAS que pertenecen al film son aquellas donde se ve a Charlotte Gainsbourg.
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