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Los efectos digi-virtuales asombran, pero el guión, incluyendo la construcción de personajes, involuciona.
Leer completitos los credits finales es revelador, puesto que encontramos, en cantidades industriales, funciones tales como
“lead effects technical director”,
“art department coordinator”,
“senior facial motion capture artist”
o “virtual art department lead”.
Ciertamente, cada centavo invertido en ese management de la abstracción puede corroborarse ante los diversos artilugios mecánicos que inundan la pantalla, y en la verosimilitud geográfica del planeta Pandora, con su casi palpable flora y fauna.
Entonces...
- ¿Por qué se respira el déjà vu de un argumento ya transitado mil veces y mejor?
(Algunos lo llaman "clásico": palabra que a veces obra de coartada para la clonación)
- ¿ Y esos buenos y malos tan estereotipados, tan de una sola pieza?
No hay tridimensionalidad en esto por más lentecito que nos calcemos.
La corporación = todos malos.
Los indígenas, que aquí son los na´vi = buenísimos e integrados a la holística del planeta (es decir, políticamente correctos).
Consecuentemente, el Coronel que lidera el ataque a los buenos salvajes es musculoso, cruel, insensible (y de aspecto nazi alla Cazadores del Arca Perdida), el ejecutivo corporativo que hace Giovanni Ribisi no puede ser otra cosa que un esmirriado que come mientras da órdenes (connotación negativa en todo film norteamericano mainstream de los ´80 en adelante), y el cambio de bando de la soldado Michelle Rodriguez - Ana Lucía en Lost - es notoriamente forzado, sin más lógica que un repentino "¡no me enrolé para esto!"
- ¿Y las escenas de acción, terreno donde, lo sabemos, James Cameron tiene pocos rivales?
Acúsenme de no entregarme al devenir del vértigo, pero en el crescendo de la pelea entre Jake Sully y los casi prehistóricos animales salvajes no podía dejar de reconocer tomas calcadas de la única secuencia atrapante del King Kong de Peter Jackson, ¡climax en las mega cataratas incluído!
Por lo demás, en los momentos trepidantes hay ecos de rambos, jurasics, apocalypses y, sí, claro, de todo el cine anterior de Cameron: ¿alguien quiere ponerse a catalogar?
Pero la paradoja de una tecnología magnificente acompañando a un guión decididamente pobre alcanza también a la banda de sonido...
¿Cómo es posible que un film que se pretende "revolucionario" musicalice bajo normas tan conservadoras y anacrónicas?
Doy dos ejemplos irritantes.
Cada plano national geographic de la vegetación de Pandora o de su natural ecosistema viene acompañada por una flautita new age (y nuestro perro de Pavlov interno saliva: ahhhh, ¡ecología!), cada reunión del concejo na´vi para tratar un tema grave sale con guarnición sonora de coro en registro bajo (ahhhh, ¡sabiduría ancestral!)
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Y, no sé ustedes, a mí ya me hartaron las metáforas obvias supuestamente esclarecidas sobre Irak. Post Bush circulan por decenas, y a ningún liberal tildan de traidor o talibán por producirlas, ¿me equivoco?
(Mientras tanto, por esa región asiática algo cambia para que todo siga igual: menos tropas en Irak, más en Afganistán y, a partir del reciente y fallido atentado al avión con destino a Detroit, luz, cámara...¡Yemen!)
En cuanto a la alegoría suprema del film...
¿Por qué la sociedad norteamericana -Obama y la Fox inclusive- no deja la retórica y, en lugar de lavar culpas con estos productos, acciona realmente para detener la destrucción concreta del hábitat humano? ¿no es, acaso, la máxima responsable de haber incrementado las emisiones de carbono y el calentamiento global?
O, si esta presión le parece inaceptable, un plan B que reíte de Kyoto o Copenhague: convertirnos a todos en avatares y darnos otro planeta.
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Es tremendo como las películas de ciencia ficción casi siempre son canales para difundir las ideas más podridas. Uno piensa que serían ideales para imaginar a fondo, para volarle la cabeza al espectador, hacernos pensar o sentir cosas inusuales. Pero no, son re cuadradas y baja-línea.
ResponderBorrarClaro que el que busca encuentra, pero la mayoría de las personas no busca, y así, siguen circulando los productos y las ideas disponibles en el mercado. Un bodrio. Una guachada.
Si voy a ver Avatar será en 3D y con un ácido de por medio. Sino no.
Sebastián E:
ResponderBorrarHay algunas excepciones, por ejemplo, la reciente Moon de Duncan Jones (currículum: hijo de Bowie), que si bien porta algunos clichés, con impronta phillip k. dick escenifica austeramente la posibilidad de dudar de la propia identidad y memoria.
Ahora que lo pienso, esa es la sci fi que más me atrae, la que te hace viajar hacia el interior (esa terra incognita).
Aghhhh, abosolutamente desacuerdo en todo.
ResponderBorrarPrimero Cameron no es "la sociedad norteamericana-Obama y la Fox-inclusive".
AVATAR es una película fundacional, es un antes y un despues, es empezar a ver con otros ojos. Solo un detalle: cuando Jake Sully se mete en el cuerpo del Na´vi por primera vez y entra a correr por que recupero sus pienas, Cameron remata la escena con Sigourney Weaver tirandole una fruta, símbolo adánico e iniciático.
La película está llena, repleta de estos detalles, que hablan sobre su condición simbólica y fundacional para el cine 3-D.
Sí, es clásica, que no coartada. Y entre cosas habla de:
Un relato mesiánico.
Una reelectura sobre la conquista de América.
La cruzada de EU en países de oriente.
La encrucijada tecnológica de Hollywood.
El problema ecológico.
Y de mil cosas más.
Se trata de una película harto compleja y rica.
Esa escenita donde el Mesias desciende sobre nada menos que un pajaro rojo. ¿Como alguien no se puede conmover con eso?
Pasa, que devuelta, Cameron trabaja desdo lo simbólico, lo cifrado. Pero muchos creen que por que usa FX es otro choricero de Hollywood emparentable con Michael Bay. ¡Por favor!
Recomiendo leer a Angel Faretta, quién pone a CAmeron en su lugar y da lecciones sobre como Titanic no es una película pedorra como muchos creen, ni se trata de un director liberal. O, sino, aunque sea, alguna de las notas que públicó El Amante sobre la película.
Saludos de un lector.
Odiante, gracias por leerme.
ResponderBorrarSin “Aghhhh” ni “absolutamente”, discutamos un poco.
Cameron no es la sociedad pero sí tan producto de ella como Obama y la Fox; además, ¿no es aquello que posibilita esa apabullante tecnología (e inversión) de la que dispone como sustrato de su narración?
Esto de ligar una obra con una época -que parece impactar como algo setentista y anacrónico- no niega la condición de auteur de nadie. Uno es uno y su circunstancia, preguntate sino por las condiciones histórico-culturales en que aparecieron los muchachos de la Nouvelle Vague, sin ir más lejos.
Y, lo siento, por más fundacional que sea considerada Avatar, no puedo dejar de percibir también que, simbólicamente, exorciza la culpa del país más poderoso por aniquilar recursos naturales y hacer literalmente nada para preservar cierto planeta menos virtual.
Espero me concedas que es una lectura tan posible como la antropológico-religiosa que vos hacés.
Respecto de la complejidad de Avatar, acuerdo sólo en lo que respecta a la creación de un mundo enteramente nuevo, verosímil, y con riqueza de detalles en sus aspectos geográficos y naturales (sumado a su percepción en 3D).
Por lo demás, no comparto tu entusiasmo frente a un argumento planísimo (no confundir con clásico) que, honestamente, llegó a provocarnos a quienes ese día compartimos la experiencia un creciente desinterés hacia la mitad del film, incluyendo no haber conseguido empatizarnos con sus personajes ni interesarnos por sus peripecias.
Pero esto es muy subjetivo, como tu entusiasmo.
(¿Y dónde emparenté a Cameron con Michael Bay, eh?
¿y por qué habría de conmoverme necesariamente “esa escenita donde el Mesias desciende sobre nada menos que un pajaro rojo”?
¿y qué dije para que insinúes que Titanic me parece una película pedorra?
¿y cómo sabemos que Faretta ratificaría el supuesto lugar de Cameron luego de ver Avatar? ¿escribió algo al respecto?)