miércoles, 27 de enero de 2010

El año empezó en la cárcel, pero bien.

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Sin repetir y sin soplar, recuerdos de films carcelarios, brainstorming... ¡ya!

Fuga en Alcatraz con Clint Eastwood circa Harry el Sucio en prisión,
Paul Newman comiendo docenas de huevos en La leyenda del indomable,
Steve McQueen en Papillon intentando una y otra vez fugarse de la Isla del Diablo hasta que (ya medio psicotizado) lo consigue,
Detrás de los Muros la variante israelí políticamente correcta (y por ende Oscarizable), con sus presos árabes e israelíes mancomunados contra el Poder y la Injusticia (¿?),
Bad Boys, aquella subvalorada película ochentosa con Sean Penn que tanto un viejo amigo como yo apreciábamos tanto,
¿corresponde incluir a esa isla de Manhattan convertida en gigantesca prisión por Carpenter en Fuga de New York, o nos estaríamos poniendo demasiado metafóricos?
La más ascética - y la mejor del lote - Un condenado a muerte se escapa de Bresson, con su entomológica descripción de la voluntad humana puesta en acto,
y, uf, aquella ñoñería cargada de new age llamada The green mile cuyo milagroso prisionero sanador conmovía al sensible guardia Tom Hanks...

¡Pero había peores...!
A no olvidarnos de Linda Blair en Cadenas Calientes, pura clase zeta de imaginería lésbica de catch en el barro (¡más te hubiera valido seguir poseída por Pazuzu, gordita!),
y no me permitiría saltear las nacionales Correccional de Mujeres o Atrapadas (Edda Bustamante, Leonor Benedetto, Camila Perissé: un género cinematográfico per se),
ni a...ni...
Me fui al cuerno.

Lo que, creo, intentaba sugerir es que ya se había hecho TODO dentro del género, desde lo "basado en hechos reales" hasta la fantasía camp más lunática.

Pero el hecho de que a esta altura difícilmente pueda aparecer algo que nos sorprenda no reduce la atracción de nuevos films o series carcelarias -Prison Break- con su más-de-lo-mismo.
¿Una razón posible?
Comulgan con latentes pesadillas middle class siempre vigentes.
(¿y si me involucran en un delito siendo inocente? ¿habré hecho algo por lo que puedan encerrarme? ¿caer implica sodomización y posterior conversión en puta de alguién?)












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Un profeta (Jacques Audiard, 2009, Francia) se dispara a partir de un concepto de este tenor:
¿alguien puede durar en un lugar de esos sin "protección"?

Desde su ingreso a la prisión francesa en la que transcurre el relato, seguimos a Malik El Djebena , un jovencito norafricano orgulloso, analfabeto y solitario que, condenado por una falta menor, pronto queda abducido por el juego de los poderes fácticos que controlan todo.
Al ser conminado pronto a matar para los corsos que dominan la cárcel y sin margen para la negativa, lo hace y queda atrapado por la "protección" del mafioso que hace Niels Arestrup, un personaje de esos que uno ama odiar.
El asunto es que para los corsos Malik es un "árabe de mierda", y para los musulmanes un "maldito corso".

¿Qué se nos va a contar esta vez?, ¿el periplo naturalista del perejil condenado de antemano?, ¿su ascenso y caída aleccionadora?
El director Audiard sortea esto al beber de otras fuentes fílmico-literarias.
Y es en ese matiz donde logra su triunfo puesto que, al tenso registro documental casi no apartado del personaje, le sobreimprime una trama similar a la de Cosecha Roja de Hammett (mediada por Yojimbo de Kurosawa y Entre dos Fuegos de Walter Hill): un tipo cae en un lugar dominado por grupos antagónicos, aprende los códigos y pasa de un bando a otro para su propio beneficio.
No va exactamente por ahí la cosa, pero esa matriz está tan presente como el hecho de que para sobrevivir resulta necesario entender el lenguaje y las prácticas de los otros.
Ergo, Un Profeta es un periplo realista de aprendizaje personal y, a la vez, una película de género, un punto medio entre la bressoniana Un condenado a muerte se escapa y The Shawshank Redemption de Frank Darabont que termina creando algo sutilmente original.















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La puesta en escena, funcional al relato y muy bien pensada, nos va ampliando el rango de visión a medida que Malik mismo va procesando sus vivencias.
No es casual que Audiard comience recurriendo al iris – el añejo recurso técnico de un círculo central que muestra algo mientras el resto de la pantalla queda en negro – para luego desestimarlo cuando su protagonista va abriéndose al mundo de pabellones, etnias y salidas externas, primero como esbirro y luego como hombre de confianza o pichón de self made man.
La aparición esporádica en la celda de Malik del “fantasma” del preso al que mató - ya quemándose, danzando, o aconsejándole -, amaga poner en peligro de realismo mágico macondiano la lograda atmósfera realista del film (o de llevarlo hacia besos de mujer araña), pero por suerte no pasa a mayores.

Un Profeta ganó varios premios en festivales, lo que no significa que termine estrenándose.
Pero hay que verla.
Una copia de excelente calidad se está pudiendo conseguir tan fácil como el hachís que circula en esa cárcel.
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3 comentarios:

  1. Gracias Pablo, por la recomendación. Siempre me conmovió el tema de la carcel y del encierro, es un tema muy angustiante. Tal vez por eso siempre preferí las peliculas en las que ese tema era tomado con humor, como en esa de Chaplin donde él trata de delinquir para ser encerrado, porque en la carcel por lo menos tenia casa y comida. Tambien me gustó el humor con que trata el tema Woody Allen en Robó huyó y lo pescaron. Es un tema muy crudo asi que pocas veces veo peliculas de carcel en serio, pero si viene recomendada por vos... trataré de verla sin cerrar los ojos!
    Un abrazo Carla

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  2. Carla, no te preocupes porque, salvo en una escenita absolutamente justificada por su argumento, la cosa no apunta a la truculencia sino a la posibilidad de pensar el mundo (en su dimensión social, económica y racial) a través de la peripecias del protagonista, un marginado joven musulmán en la Francia de hoy que tiene todas las fichas para terminar muerto mal, y sin embargo…

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  3. Me gustaría agregar a la lista de películas una que tuve oportunidad de ver hace un año, que me pareció excelente, y está considerada la mejor película carcelaria de la historia del cine. Incluso por encima de Un condenado a muerte se escapa. Me refiero a La Evasión (Le Trou-1960)del francés Jacques Becker. Saludos!

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