lunes, 6 de julio de 2009

Dos o tres recomendaciones para la Gripe A

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Sin subestimar los actuales quince minutos de fama ni el futuro protagonismo de esta nueva estrella en el firmamento viral, ahora que hay que encerrarse y poner candados, tapar agujeros con barbijos, lavarse las manos cada media hora, y, por las dudas, recelar a Babe y a Porky (los culpables de todo), pregunto: ¿cuanta gente muere por año de gripe común?, ¿cuantos por el mal de chagas?, ¿y por desnutrición infantil?
La respuesta, obviamente, es política: el lugar de las cosas en la agenda de los (multi)medios nunca será proporcional a su importancia.

Por lo pronto, aportando mi granito de arena al tema ineludible, dos o tres recomendaciones para la Gripe A:


















Epidemia (1995), película USA del alemán experto en filmar zozobras y catástrofes Wolfgang Petersen (Das Boot, La tormenta perfecta, la remake de La aventura del Poseidón). En este film contagiarse deviene en morir.

Como corresponde a la mitología reagan & bush, el Mal llega de afuera para socavar los derechos inalienables del american citizen: una cosa es que mueran de a millares en lugares de difícil pronunciación, y otra muy distinta que no conmueva la muerte de californianos.
Por suerte el militar bueno que encarna Dustin Hoffman llega a evitar que los militares malos bombardeen el área de infección (con las personas adentro).

Un film que cuenta con el raro privilegio de tener uno de los "finales felices" menos verosímiles de las últimas décadas: cuando la población, enfermando y muriendo a ritmo trepidante parece no tener escape, de la nada aparece una vacuna y 2 (dos) planos más adelante...¡todos curados!
No obstante, sería injusto si no dijera que la recuerdo especialmente por las excelentes secuencias con steadycam viral planeando sobre lugares muy concurridos con toses en concierto esparciendo microgotas de Flugge. El realismo que logran las producciones yanquis cuando aplican efectos especiales en función de lo requerido por un argumento (y no viceversa) es inigualable, no hay mejor.










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Bug (2006), USA también, de William Friedkin. Aquí nos empieza a picar el cuerpo y nos rascamos frenéticamente hasta sangrar.

Darle un uso productivo a la paranoia: convencer a los demás de que todos los puntitos de las paredes, del techo y la cama son bichos y que, en cuanto nos descuidemos, vendrán por nosotros. Para reforzar la verosimilitud del delirio explicar que los laboratorios experimentan con nosotros desde que estuvimos en Irak. Y si la persona que nos escucha es nuestra pareja, blindar la inconsistencia del argumento apelando a un emotivo “yo también te quiero”.

En este melodrama (casi telefilm) sobre una camarera que vive en un motel de cuarta a la vera de la ruta, acosada por su ex marido recién liberado de la cárcel e iniciando una extraña relación con un tipo que le presentaron, pasa algo así. Sólo que lenta, implacablemente, ceñido casi todo el tiempo a un cuarto cerrado donde la pareja desciende al infierno de su delirio autoinducido, migra hacia una horror movie asfixiante.
No es tan distinto del método que utilizara el mismo director en El Exorcista cuando, casi al comienzo, encuadraba a la inocente Linda Blair meando delante de los invitados de su madre, sin permitirnos inferir desde esa imagen los extremos visuales con los que nos confrontaría más adelante, en el climax del film.
Friedkin toma el texto teatral – evidente en los largos monólogos y en las entradas y salidas de “escena” por parte de los personajes - y lo arrima a una puesta específicamente cinematográfica, “pegándonos” a los protagonistas sitiados en el lugar progresivamente viciado -¿por la psiquis?, ¿por situaciones reales? - y abocados a la implementación de métodos profilácticos.
Igual que en la sesentosa Shock Corridor de Samuel Fuller, se demuestra que la locura es contagiosa.

Obsesivos, abstenerse de alquilar Bug o, mejor aun…¡a gozar con este show de síntomas!

Y la tercera recomendación:






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The Ebola Syndrome (1996), una china de Herman Yau. Y acá nos desquiciamos: ¡a vengarnos del mundo! ¡infectemos al prójimo!

Los invito a verla porque sale Anthony Wong, que es un actor por el cual hasta se puede tolerar un bodrio, cosa que sucede también con el más secundario Lam Suet (y ni que hablar cuando coinciden los dos, como en Exiled de Johnny To).

De registro bipolar, cuando lo ves silencioso, abstraido, muy solo y rumiando bilis...beware !, pero cuando desata su furia vengadora ávida de sexo y cuchillazos indiscriminados...too late!
De los films amorales - dicho esto con todo cariño - de Wong bajo la dirección de Herman Yau, ésta es la mejor, un artefacto corrosivo en el que vale todo, puro disfrute si uno deja los prejuicios de lado para enchastrarse un poco.
(¿Me animo a decir que frente a algunas acciones del protagonista y los planos en que se muestran, la mayoría de las atrocidades del japonés Takeshi Miike quedan evaporadas?)

Los primeros 10 minutos ya tienen un nivel de sordidez que alcanzaría para una docena de películas; resumámoslos así: Wong mata a dos tipos, le corta la lengua a la mina que se está cogiendo, y cuando está por quemarle viva a la hijita debe huir.
Corte. Wong ahora vive prófugo en Sudáfrica como empleado explotado en un chinese restaurant. Y, siempre recaliente (botón de muestra: se la da a un churrasco que luego sirve a los clientes), al acompañar a su jefe a comprar carne barata a una tribu, se termina cogiendo, implacable y desesperado, a una indígena zulú cuasi muerta a causa del virus del Ébola.
Pero el tipo es demasiado hijo de puta, e inmune y feliz de haberse contagiado vuelve a Hong Kong para vengarse de la sociedad utilizando al arma mortal que llevará a todos lados: él mismo. El apocalipsis comienza...

Frivolización de las pandemias, pero una muy divertida y nada posmoderna, puro dinamismo gore que no ahorra la visión de todos los fluídos corporales, The Ebola Syndrome entrega en la última secuencia una reactualización del mito urbano de las hojitas de afeitar infectadas con HIV que los desquiciados colocaban en los toboganes porteños: Wong va corriendo por las calles escupiendo sangre a quienes pasan a su lado, se hace tajos para que el líquido rojo aflore y su cuerpo sea más letal, mata al voleo, y mientras policías y brigadas de escafandras lo persiguen, uno se termina descubriendo extrañamente fascinado por esta marginal lacra humana .

Bueno, exagerado como es este relato, digamos que a la luz de nuestro presente no hace más que explicitar en forma gráfica el peligro que conllevan las toses, los lugares concurridos, y el saludarnos con un beso. Brrrrrr !!!!

Para ver la parte del vaso lleno, digamos que afortunadamente en la Argentina
no hay rastros de ese virus tan altamente contagioso y causante de fiebre hemorrágica llamado Ebola.
En cuanto a esta película... sí, bueno, reconozco que no es un bocado para todos los paladares.









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Y me voy despidiendo hasta otra oportunidad, los saludo a la distancia, como corresponde, sin tocarlos.
No sé si consideran que las sugerencias de este post son las mejores posibles respecto de la Gripe A, por eso les pregunto: ¿conocen otras?
Vamos, compártanlas, comprométanse con la realidad...
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6 comentarios:

  1. Pablo, por favoorrrrrrrrrrrr, que miedo!!!!!
    no quiero leer mas, por que despues de curarme las aftas con las gotas del homeotata unicista, me dio la culebrilla que cure con aciclovir y la curandera, pero el medicamento me dio alergia y ahora empiezo con el antihistaminico, que me da sueño de dormir parado, pero creo que agora me da el ebola ugh!hu1 socoooohug!!! me....!!ughhhh ahhhhh aa----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- pip pip pip

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  2. A mí se me ocurre mencionar una película en la que los personajes no se contagian precisamente el virus de la gripe, pero sí propone la existencia de un virus contagioso, y que encima es transmitido por zombies: el de la homosexualidad. El título es "Otto, or Up With Dead People", y el director no podía ser otro: Bruce LaBruce.
    Otto es un adolescente que está convencido de ser un zombie, auque no recuerda cuál fue la causa de su muerte. Nadie cree que esté muerto en realidad, pero cuando comienzan los encuentros sexuales, los zombies comienzan a multiplicarse y a devorar a sus víctimas, mientras los penetran por las vísceras. Más allá de la cuestión gore, en mi opinión esta peli es una fábula acerca de la soledad y el vacío que produce el intento repetitivo y mecánico de tener sexo con cuantos tipos se pueda, con un ingrediente muy conmovedor: el recuerdo nostálgico de un dulce noviazgo del pasado, algo que ni el mismo Otto comprende por qué ha terminado. Claro que también se incluye el sello de LaBruce, el levantamiento queer anticapitalista, ese sueño que tiene el director de que el mundo pase a ser un paraíso gay-revolucionario, tan evidente en Raspberry Reich. Incluye música de CocoRosie, Antony and the Johnsons, Throbbing Gristle, Homophones... vale la pena correr el riesgo.

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  3. Gracias por las recomendaciones. Intentaré ver cada una teniendo este contexto político de prohibir cosas para tener alguna noticia en mente.
    Gracias. Para ver en la cama haciendo cucharita en estos días de confinamiento nacional.

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  4. Pablo. Sí, la gripe A nos está quemando la cabeza a todos!! Yo ya tenía bastante con mi obsesión de revisar tres o cuatro veces la llave de gas antes de salir, pero ahora encima tengo que acordarme si me lavé las manos cada vez que entro y salgo de casa. (O incluso de mi habitación ¿Y si me contagia alguien de mi familia?). Mi psicóloga tuvo que cambiar mi diagnostico para la obra social. Ahora en vez de “hipocondríaca” puso “sobre-informada”

    Es cierto, muere mucha mas gente por desnutrición infantil y nadie hace tanto espamento, lo que pasa es que la gripe A atacó al corazón de la clase media, incluso a la clase dirigente, tal vez para recordarnos una vez mas que somos todos vulnerables, y como dice Serrat en su canción “Fiesta”: Baila el rey con el villano, bailan y se dan la mano. Aunque en esta oportunidad seguramente en vez de darse la mano se saludarían como algunas maestras jardineras a sus alumnos cuando dicen “Beso voladooor” para evitar dar 25 besos. Bueno, en realidad ninguna maestra quiere besar a sus alumnos fuera de su hora… No quiero comparar a una maestra con una prostituta, pero en cierto modo… ellas también proporcionan afecto rentado.

    Y esto de que la gripe A ataca tambien al corazón de la clase media (y alta) y por eso se le presta mas atención tiene que ver con lo que decis:”una cosa es que mueran millares en lugares de difícil pronunciación y otra cosa…”. Aunque Argentina cada dia parece de más difícil pronunciación...

    El año pasado vi una peli, creo que era The happening de Shyamalan, que trataba de los contagios. Pero en este caso la enfermedad consistía en que uno estaba conversando con alguien y de pronto se tildaba, se quedaba sin saber de qué estaba hablando (como cuando hago mi declaración de impuestos) y entonces la gente empezaba repetir cosas sin sentido, generalmente la palabra “cálculos”

    Recuerdo también cuando vi por primera vez El exorcista. La escena que mencionas de la chica haciendo sus necesidades delante de todos, me pasó de verdad cuando una de mis hijas, para vengarse del nacimiento de su hermanita lo hizo. Me acuerdo que pensé, “es igual al exorcista, ahora seguro va a vomitar un liquido verde” Y lo hizo... Es que todas mis comidas tenían espinaca, nunca pude quitarme de la cabeza el ejemplo de Popeye. (Mis referencias siempre son de dibujos animados, nunca un Borges, un Cortazar)

    Con respecto a la gripe A mi sugerencia es tener cuidado con los adjuntos que uno recibe en la compu: Si dice “Gripe A” en asunto no lo abran, puede contener ese virus.

    Solo me resta decir que lo unico bueno de la gripe A es que los que sufrimos ataques de pánico, ahora somos parte de la normalidad. Y bueno, mal de muchos consuelo de tontos (y en esa me anoto)

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  5. que suerte que leo tu blog Pablot!!
    estaba contracturada desde que empezo el tema
    tan preocupante de la Gripe A,y en este momento
    me relaje totalmente luego de un buen ataque de
    risa;hay que escuchar los comentarios de la gente
    joven que sabe ver el lado positivo de las cosas
    por supuesto que ni en joda vere las peliculas
    mencionadas,ya estoy tratando de olvidarme de los
    nombres y sacarlos de mi cabeza...y a gozar de
    la vida!!gracias

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