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A mi amigo el Dr Mirocznyk, herzoguiano de la primera hora.
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En su costado más pueril la cinefilia consiste en completar álbumes de figuritas, lo cual implica estar buscando permanentemente "las difíciles", esas que sólo circulan muy de vez en cuando.
Así, todos vimos El Señor de los Anillos de Peter Jackson, menos gente vio su magnífica catapulta a Hollywood Criaturas Celestiales, algunos reimos recordando algunas bizarreadas gore de sus primeros films neozelandeses, y prácticamente nadie conoce el falso documental Forgotten Silver acerca de un ignoto pionero del cine de principios del siglo XX, mezcla de Griffith con von Stroheim. Disfrutar hoy esta película - que incluye al crítico Leonard Maltin haciendo de sí mismo (como en Gremlins 2 ) y a Peter Jackson protagonizando el tour (cual Indiana Jones de Oceanía) - implica, además, el abstracto plus fetichista de pegar la atípica e inconseguible "difícil" en el álbum.
¿Y eso para qué sirve?
Pues, para hablar con propiedad de toda la filmografía de este director, de sus constantes estilísticas y argumentales - siempre que lo consideremos auteur - o, más patético, para gritar a otros cinéfilos "¡yo la vi y vos no!".
Pensaba en esa dirección a propósito del chiche que me había prestado mi amigo Bruno S., una elegante pieza de 3 dvds de edición española denominado Pack Werner Herzog, Documentales y cortometrajes.
Verdadera caja de sorpresas, el abrirla (o desplegarla) expulsa un resorte que nos tira encima unos cuantos eslabones no demasiado vistos de su prolífica carrera, los más específicamente documentales. Pero definirlos como "documentales" es simplificar, porque basta verlos para entender que, como en sus ficciones, hay un trabajo de puesta en escena que, sumado a una voluntad narrativa, borronea los límites categóricos.
Así, desde el inicio temprano del culto argentino a Herzog más de treinta años atrás, tenemos asimilada su condición de explorador tanto de geográfías vírgenes para el ojo de la cámara como de personajes únicos románticos e indescifrables - anaquel que incluiría a Klaus Kinski, actor único -, sin olvidar la fisicidad concreta que transmiten las peligrosas aventuras reales que muchas veces le vemos vivir a él en pantalla.
Pero lo que es posible corroborar en esta Cajita Feliz de 9 obras realizadas entre 1962 y 1984 al analizarse bajo la luz retrospectiva de todo el corpus herzoguiano posterior, es la coherencia en la construcción de un estilo singular e inimitable, uno que se reconoce desde cualquier fotograma de sus películas.
Impresiona, y sobre esto quiero escribir.
Los invito a un paneo por orden de aparición en los discos.
Coming next !
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