miércoles, 4 de febrero de 2009
Life on Mars (III)
por Rody
(Parte 3 de 3)
Capítulo a capítulo
En el post anterior nos planteábamos la construcción de un universo solipsista a partir de recuerdos y vivencias extraídos del mundo real por el protagonista de la serie.
Capítulo a capítulo vamos buceando en la psique del D.I. Tyler. Empezando por la superficie, en el primero de ellos, la tarea policial consiste en descubrir y atrapar a un asesino de mujeres, asesino que resulta ser vecino de un pequeño niño pelirrojo que en el 2006 se convertiría en el serial killer (o copycat, atendiendo al subgénero) que raptará a Maya, la novia de Sam. Luego visitaremos a su madre joven, con un Sam de 4 años y con problemas de dinero que se siente un poco indignada ante la oferta de ayuda económica de este policía desconocido (es que con la vieja no se jode). Luego hay un breve cruce con si mismo a los 4 años yendo a la cancha a ver el clásico de la ciudad, el United vs el City, en un capítulo dedicado al nacimiento del fenómeno hoolligans.
Posteriormente nos vamos sumergiendo en lo más profundo, en capítulos sutilmente escabrosos. Primero cuando aparece una tía muy querida que trabaja de algo así como vendedora de Avon en un caso en el que una de estas vendedoras aparece muerta y se descubre que, junto a otras chicas del staff, hacen unas libras extras trabajando de “camareras” en fiestas swingers a lo Eyes Wide Shut de Kubrick. Después cuando conoce (y se enamora) a su futura suegra que está a punto de abortar a Maya, hija del paquistaní que introdujo la heroína en el Reino Unido.
Al final …, pero del final mejor no hablar mucho, so pena de arruinar la visión de la serie. Digamos sólo que se trata de una visión realmente nihilista de nuestra época (y eso que no había empezado la crisis inmobiliaria en los EE.UU. y Cristina no había ganado las elecciones) que resignifica lo hasta allí observado.
En el medio, la ambigüedad. Llamadas telefónicas que supuestamente lo conectan con la sala de emergencias en la que está en coma, sueños que se mezclan con visiones y recuerdos reprimidos, mensajes en la radio que sólo él escucha, charlas cuestionando la realidad de su existencia con la mujer policía Annie Cartwright, la única persona a la que le ha contado lo que le pasa.
Y la tele. Una tele casi siempre prendida en el destartalado departamento de Sam. La pesadilla de cualquier teleadicto que, acostumbrado a los quichicientos canales del cable, se ve confinado a 4 o 5 canales de morondanga, en blanco y negro, que dejan de emitir a la noche para poner la señal de ajuste, señal de la que se escapa, para materializarse en la habitación de Sam, una siniestra niña con su payaso de felpa para acosarlo y hostigarlo al más puro estilo David Lynch. Me refiero al David Lynch de Blue Velvet, ese que tenía historias para contar y una forma extraña (odd que no bizarre) de hacerlo y no al señor medio gagá y pasado de anfetas que balbucea sin sentido en engendros como Inland Empire.
Pero entonces, ¿Sam Tayler está loco, en coma o realmente ha viajado en el tiempo?
Si quieren saberlo son 2 temporadas de 8 capítulos c/u de entre 55 y 60’ de duración y pueden encontrarse, por ejemplo en:
http://www.mejorenvo.com/
Hay una secuela, también con nombre de tema de Bowie: Ashes to ashes que no vi y una remake yanqui con Harvey Keittel en el papel de Gene Hunt de la que vi medio capítulo y abandoné indignado.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Rody, a mi me diste tanta curiosidad con tu comentario que ayer la ví, y mepareció increíble, los dialogos buenísimos, y la construcción de lospersonajes, impecable. Ayer, cdo pintaba para ser tipico capitulo de seriepolicial con poli bueno vs corruptos, tuvo un giro espectacular, y el jefe,ni bueno ni malo al fin, termina dandole un par de lecciones sobre quepapeles ocupamos en la "gran pintura del mundo" que me pareció genial.. asíque tu recomendación muy buena.A vos y a Pablín, creo que los que amamos el cine, no se si coincidenconmigo, terminamos pidiendo mucho más de los guionistas no? pedimos afondo que nos den personajes bien desarrollados y creibles, con muchascapas, como decía el ogro de shrek!!!! besos. Carla
ResponderBorrar