El antídoto Buñuel

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Los Olvidados, el Buñuel mexicano cosecha 1950, nos dice más de la realidad latinoamericana 2009 que un montón apilado de amores perros, babeles y ciudades de Dios.

Cero estetización de la pobreza, sin la peste de lo políticamente correcto, y exenta de bajado de línea, su engañosa pátina realista apenas reviste las constantes surrealistas de su estilo de siempre - sobreimpresiones oníricas, la líbido puesta en la crueldad, los animales inexplicables, el recurrente fetichismo de las piernas -, sólo que aquí lo irracional no impide deducir la responsabilidad de un sistema político por la vida miserable y degradada de los niños en el D.F.

A Ojitos su padre lo "olvida" en la plaza, Pedro es depositario del odio de su madre por ser producto de haber sido violada siendo menor, Jaibo nunca tuvo otra cosa que la calle y su orfandad: ¿qué otra cosa puede acontecerles que armar efímeras microsociedades para el robo, estar siempre cerca de ser víctimas de pedófilos, ser responsabilizados por actos delictivos que no necesariamente cometieron, o violentarse en peleas y asesinatos de pobres contra pobres?

Dando la espalda a esos barrios bajos puede verse el indiferente tráfico de la autopista, como también pueden oirse, lejanas, las campanadas de la iglesia...

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Mientras tanto, hoy en Buenos Aires...

"Hay 17 proyectos para la baja de edad de imputabilidad de los menores y que no bajan al recinto..." (dice, en campaña, Francisco de Narváez)

"Me hubiera gustado que los maten a los tres (asaltantes). Y al que no le gusta lo que digo, me importa tres pelotas" (grita el diseñador de modas Roberto Piazza tras haber sido asaltado)

"[Uruguay, Brasil y Paraguay] tienen leyes que fijan la imputabilidad en delitos graves a partir de los 13 o 14 años" (afirma Scioli, también en campaña, aunque evitando pronunciarse acerca de cuál sería su postura)

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(Y de redistribución ni hablemos, ¡ a ver si me tildan de comunista !)

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