Sylvia - que no era Sylvia..."quel désastre!" - en En la Ciudad de Sylvia, de José Luis Guerin
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¿Está suficientemente capacitado el optimismo para ser seductor? Hmmmm…
Y, sin embargo… imposible no rendirse al optimismo seductor de Poppy (Sally Hawkins en Happy Go Lucky , de Mike Leigh, 2008).
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Uno siempre está “con ánimo de amar” a Maggie Cheung, sea como action heroine (en The Heroic Trio, de Johnny To, 1993), enfundada en leather gatuno (en Irma Vep de Olivier Assayas, 1996),
o como la dulce primita cuyo amor podría alejarnos de las tríadas hongkongesas (en As Tears Go By, de Wong Kar-Wai, 1988)
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Jeanne Moreau llena la pantalla y compensa uno de los films más torpes de Francois Truffaut.
(La Novia Vestía de Negro,1968)
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Asia Argento siempre parece querer vampirizarte.
Estos dos personajes (Sandra, en Boarding Gate, de Olivier Assayas, 2007; y Vellini, en The Last Mistress, de Catherine Breillat, 2007) disfrazados como víctimas, se agazapan, te atrapan, y terminan dejándote exangüe.
En el tercer personaje (Monroe, en Go Go Tales, de Abel Ferrara, 2007) ya no hay disfraz.
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A ese único ojo sano, punto de vista a través del cual el director intenta forzar nuestra identificación con su lisiado protagonista, sólo le es dado sufrir la visión de esta belleza; Jean-Do (y nosotros) sólo podremos amarla platónicamente. (Marie-Josée Croze en La Escafandra y la Mariposa, de Julian Schnabel, 2007)
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En cada plano de la Constance personificada por Marina Hands, en su caminar deseante por el bosque, se respira un erotismo natural libre de la impostación de todas las Chaterleys anteriores.(El Amante de Lady Chatterley, de Pascale Ferran, 2006)
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Nunca me sedujo como la femme fatale que envolvía a Fred MacMurray en Double Indemnity del ´44, en parte porque no podía despegarme de su imagen de matrona en la adormilante serie de los ´60 Valle de Pasiones, pero es posible rever los juicios de la Historia.
La autoconciente sensualidad de sus artimañas seductoras para “cazar” al inocentón millonario (en The Lady Eve, de Preston Sturges, 1941) me descubrió una Bárbara Stanwick a la que querría revisitar.
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Las Garnier anhelan el amor: Solange (Francoise Dorleac), arrobada por una melodía que lo va a llevar al compositor, pronto va a encontrarlo. Su hermana Delphine (Catherine Deneuve), sufre un poco más y lo encuentra en los últimos segundos. El director de Los Paraguas de Cherburgo, tal vez por pudor, prefiere no compartir ese momento con nosotros. (Las Señoritas de Rochefort, de Jacques Demy, 1967)
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Mako acompaña el viaje del anciano con todo su cuerpo, en la lluvia, a la intemperie, en una especie de erotismo de la protección (Kanako Masuda en El Bosque de Luto, de Naomi Kawase, 2007)
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La cámara está enamorada de Lydia (Sara Forestier) y se nota. Su desparpajo, su cabellera y sus ojos permanecen con nosotros mucho tiempo después de terminada la película. (Juegos de Amor Esquivo, de Abdel Kechiche, 2003)
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De cuando en cuando aparecen chicas reales en la pantalla, gente encontrable cerca de nuestra casa, como Hafsia Herzi o como la mencionada Sara Forestier, que demuelen con su sola presencia las capas de adolescentes glamorizadas como ideal de belleza uniforme (y artificial) hacia el que todas deberían tender.
En Le Grain et le Mulet, también de Abdel Kechiche, del 2007, Rym hace largo rato que viene asumiendo responsabilidades de adulta. Amorosa, estoica y pragmática por necesidad de ayudar, inesperadamente se derrumba.
Esa escena, un monólogo en plano secuencia con su rostro cargado de furia llorosa, es uno de los momentos más intensos del cine que vi en los últimos años.
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Año a año necesito reencontrarme con Setsuko Hara. A veces la quiero como una amiga, otras como una hermana, y no pocas veces busco su templanza, su mirada comprensiva, su discreción, como antídoto en la lucha cotidiana. Esta vez la hallé, con sus cualidades intactas, en Otoño Tardío (de Yasujiro Ozu, 1960), siendo Akiko, una viuda que, sacrificándose silenciosamente por su hija, terminará viviendo en soledad.
Igual que en Tokyo Monogatari (también de Ozu, 1953) - una de mis 10 mejores pelis de todos los tiempos - donde como Noriko, la nuera que reconforta a sus suegros frente a la desidia de su propia familia, redime al mundo con su bondad. Adoro su “pequeña risa japonesa” de autocontrol [1]
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.............................................................. Sandra Borgmann (Marion),
................................................................ Branka Katic (Luna).
Oscilar entre ellas buscando el camino más directo hacia un supuesto único amor es propio de necios. ¡Deberíamos quererlas a todas!. (Im Juli, de Fatih Akin, 2000)
- Nota al margen: esta película generó a lo largo del año un pequeño culto familiar que continúa expandiéndose hacia los amigos, déjense atrapar -
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Marisa Tomei siempre destiló una sensualidad absolutamente natural. Sus personajes no suelen “hacer el amor” como corolario permitido del amor idealizado, sino que cogen, transpiran, ponen todo el cuerpo. Aquí, en una historia de resonancias shakespearianas, oscila entre hermanos patéticos. (Before the Devil Knows You're Dead, de Sidney Lumet, 2007)
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Privilegio que nos regalan pocas obras: vivenciar amorosamente la comunión entre personas cuyas coyunturas y motivaciones no pueden ser más diferentes.
De Alemania a Turquía, y allí, por el estrecho del Bósforo que separa el sector europeo del asiático, siempre anduvieron circulando, ida y vuelta los personajes de Fatih Akin (en Contra la Pared, en Im Juli, en Crossing the Bridge: the Sound of Istambul).
En Edge of Heaven, Ayten, la joven militante turca y Lotte, la estudiante alemana, no escapan de esta dinámica, los azares las ligan y las comprometen a apoyarse, a quererse de todas las maneras posibles, con riesgos.
El nivel de pasión y emotividad que transmiten todos los personajes, reclama por la injusticia de aquellas voces que compararon al último film de Akin con la gélida, maniquea, Babel.
Además, bonus track para los viejos cinéfilos: asoma y entrega grandes momentos Hanna Schygulla. También a ella la sigo amando.
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[1] Observación de Lafcadio Hearn sobre la sonrisa de los japoneses y sus matices, mencionada en el libro Gestualidad Japonesa de Michitaro Sata, traducido por Tomiko Sasagawa Stahl y Anna Kazuni Stahl. Adriana Hidalgo Editora. 2006.
Nota: todas las fotos corresponden a films que vi en el 2008.
La Empresa agradece infinitamente a Seba Elvino por su colaboración desinteresada en el diseño final de este post
¡Qué curioso! Yo también siempre pensé que Double indemnity era una película perfecta salvo ese problema de casting. Una femme que no es lo suficientemente fatal como para generar lo que genera en un MacMurray siempre consiente de hacia donde está yendo pero sin poder evitar quemar sus alas en la llama.
ResponderBorrarPosteriormente al leer Pacto de Sangre, la novela original de James M. Cain, lo confirmé. El personaje de Phylllis es el arquetipo de la voluptuosidad, calificativo que difícilmente pueda aplicarse a Barbara Standwich.
Y, finalmente, ¡qué oportunidad te perdiste de caretearla un poco y entreverar una foto de Maré! Te hubieses ahorrado un regalo de San Valentín.
Rody:
ResponderBorrarEn mi mundo real, Maré es la encarnación de las cualidades de todas esas mujeres, el prisma que reune a todos esos cristalitos.
¡Feliz día de San Valentín, lectoras y lectores!
Y un recuerdo para el Fred MacMurray de "El profesor Distraído"(a.k.a "El Profesor Boligoma"): una de Disney de los sesentas que ví cuando era chico en el cine Los Angeles comiendo Chocolandia.
ResponderBorrarYo la vi en los Sábados de Super Acción, comiendo pan y manteca un día de lluvia en que no me dejaron salir a jugar a la pelota, en un Banfield sin rejas y sin Mapa de la Seguridad
ResponderBorrarcreo que es momento de asumir que viviendo dos veces es un eufemismo y que son muchas más tus vidas en las que, eso sí, sos hombre hombre hombre!lo bueno es que sos generoso y que me las estás dando a mí también (las vidas,digo, no a las pocas chicas que ganaron tu corazón en:un año!)Vida de amiga, de vecina e incipiente aprendiz de tu amor al cine. Gracias!Ah! y hasta no ver la comedia romántica La familia Perez, no la viste a Tomei!Te recomendé una: Gol!
ResponderBorrarQuerida Anónimo:
ResponderBorrarEl circuito de disfrute sólo se me completa al compartir.
Pucha, suena a aforismo berreta y tal vez lo sea, pero es la verité. Libros, pelis, cafés,músicas, postres ricos, charlas jugosas: seguiremos circulándolos, seguirán dándonos más razones para vivir.
Gracias por tanto afecto.
Pregunta postdata: ¿En "La Familia Pérez", Marisa Tomei es la que se disfraza de Ratón Ídem?
Hola Pablo!! Un placer poder estar aqui contigo compartiendo amores. Como no enamorarse de Ayten (The Edge de Akin) y los ecantadores ojazos de Lydia (Juegos de Amor de Kechiche), que dicho sea de paso, gracias por presentarmela.
ResponderBorrarAhora bien, en la vida no todo es amor. Yo quiero tomarme el atrevimiento de comentarte:
Una que odié: la sobrevaloradisima Inés Efron de XXY.
Una que no dió el piné: Naomi Watts en la Neo Funny Games de Haneke. Para que?. Es decir, pensaba Haneke superar la actuacion de la maravillosa Susanne Lothar en la original del '97?.
Unas que quiero probar: las de Rochefort de Demy. Ya está trabajando mi computadora en ello.
Y una(pelicula) que me enamoró: Encounters at the end of the world, del gran Werner Herzog. O acaso no podemos enamorarnos de peliculas también?
Un abrazo grande.
Bruno.
Cineclub Lunaria.
Bruno:
ResponderBorrar¡Claro que podemos enamorarnos de películas!
En http://bigote.blog.terra.com.ar/2009/02/09/el-canon-cinematografico-i/ Leonardo D´Espósito despunta una primera entrega sobre aquello que podría ser - en analogía con ciertos análisis desde la crítica literaria más académica - un canon cinematográfico, intentando "ver qué es lo imprescindible, aquellos autores o films sin los que el cine no sería el cine".
Copio y pego un comment que le hice y su respuesta:
Bigote:
Mi comment es transversal (con perdón de la palabra) al tema del canon.
O no tanto.
Resulta que, rememorando los films que más me impactaron durante el 2008, me venían a la cabeza primeros planos de actrices (o sus personajes).
Sí, esta bien, estaban incluidos en obras de Guerin, Assayas, Kawase, etc.
Pero eran ellas quienes pervivían en mi recuerdo. ¿ Acaso propiciaron, en su momento, las formas en que esos realizadores filmaban?
(Ejemplo: para mí Setsuko Hara connota a Ozu)
Como sea, pensar en este tipo de cosas me parece productivo (o divertido), y escribí un post /tributo al respecto.
http://viviendodosveces.blogspot.com/2009/02/otras-mujeres-que-ame-durante-el-2008.html
Porque un canon es, también, una especie de altar, ¿no?
Saludos.
Comentario by pablot — Febrero 16, 2009 1:07 pm
La verdad, Pablot, medio y medio. Seguro que gran parte de la filmografía de Fassbinder sería otra cosa si no hubiera sabido fotografiar a la Schygulla. Pero también que Maureen O’Hara difícilmente hubiera sido la gran belleza que fue sin John Ford. El caso recíproco es el primer Godard con Anna Karina, si hasta le tuvo que poner la peluca negra a la BArdot en El Desprecio…
Tu lista impresiona.
Abrazo.
Comentario by bigoblog — Febrero 16, 2009 11:17 pm
Mi punto de vista es que siempre reverenciamos a aquello que amamos, sean personas, películas, libros, pero no se si porque estudié Letras y existía en la Academia una literatura canónica que no te era dado cuestionar - últimos años de la Dictadura, pero también después,si bien en plan más décontracté - , disfruto más de las listas caprichosas.
Y me hallo a menudo en aprietos para justificarlas.
Por ejemplo: ¿por qué "Las Señoritas de Rochefort" es uno de los films más importantes de la década del sesenta?
Respuesta: porque me apasiona y, creo, propuso algo nuevo (en ese orden).
Abrazo.
a mi siempre me ha gustado escuchar tus opiniones, nunca podré olvidarme de tu recomendación de Audition!, y después de leerte a vos y a Rody con Life..., me encantaría que me digan que les parece Dexter como serie? que les parece el concepto del serial como nuevo ídolo, en un mundo cada vez más violento?, es una metáfora contemporanea un poco revulsiva, pero cierta no? por lo demás, confieso que me tiene fanatizada a pesar de ser made in fox, que le vamo' a hacer somo' así nomás...
ResponderBorrarY Pablín ya que las féminas han copado tu parada (caramba que frase)elegime 2 actrices americanas y actuales que te parezcan lo mejor, decime dale,de chusma nomás, jeje...
besos, Carla.
Carla:
ResponderBorrar1)¿Nunca me vas a perdonar tus pesadillas con "Audition"?. Menos mal que me abstuve de recomendarte "Imprint" (también de Takashi Miike) o "Funny Games",dirigida por el austríaco Michael Haneke en el ´97. Sin embargo, esta última tematiza y pone en crisis la representación de la violencia en las películas y, sobre todo, el lugar del espectador que disfruta del show de los asesinos seriales. Eso sí, angustia e incomoda. Imagino que ver "Dexter" a continuación no sería la misma experiencia.
2) No soy tan de series, mi regimen es una o dos por año, y muy elegidas. No puedo opinar de lo que no ví, excepto decirte que, imagino, algo que incluya un protagónico de Michael C. Hall, a quien admiré en Six Feet Under, ya parte de un piso de calidad. Espero pronto postear algo sobre "The Wire": no se si hay otra igual, innovadora, ambiciosa y a la vez clásica, con un desarrollo de cada personaje y de cada sector social retratado al nivel de la mejor literatura decimonónica (pero actualizada al siglo XXI).
De series, quien puede comentar con más autoridad es Rody, le paso la pelota...
3)Marisa Tomei (como podés ver en esta misma entrada) y Maggie Gyllenhaal en "La Secretaria": las primeras que así de rápido, sin repetir y sin soplar acuden a mi mente.
Gracias por comentar.
De todo ese universo me quedo con Marisa Tomei.
ResponderBorrarTomando la pelota que me pasó Pablot, Carla, te cuento que las dos primeras temporadas de Dexter son parte de la gran pila de DVDs en maceración que tengo en el living.
ResponderBorrarMe las pasó un fanático de la serie, en su momento vi el primer capítulo para confirmar que valía la pena guardarlas, y me gustó (ya que las grabé). En particular, en ese momento acababa de terminar de escribir un cuento que transcurre en un mundo en el que el asesinato es una de las bellas artes y la imagen de Dexter analizando las salpicaduras de sangre con un criterio estético resonó con mi escrito. Siempre me pasa lo mismo, cada vez que creo haber encontrado una idea original, resulta que hay decenas de personas que la usaron antes.
Pero en este resurgir del folletín decimonónico devenido en series de TV del siglo XXI, no alcanza con ver el capítulo presentación, hay que tomarse un tiempo para conocer a los personajes al punto de alcanzar la suspensión de la incredulidad, aceptar como válidos los axiomas de los que parte el guión y ponerse a disfrutar la historia sin más vuelta.
Sólo puedo decirte, entonces, que Dexter está en mi lista de series a ver. En cuanto la vea te cuento.
Ya que Marisa Tomei está teniendo tanto consenso, por favor no se la pierdan en The Wrestler en donde hace el papel de una stripper a la que los años le están quitando clientes, que no puede terminar de decidir si Mickey Rourke es un hombre a quien querer, que despierta su ternura o uno de los pocos clientes que todavía está dispuesto a pagarle por sus servicios, todo en una sola mirada.
ResponderBorrarPablin estas reperdonado con audition! en realidad creo que hay umbrales visuales que uno atraviesa y que no tienen vuelta atrás, para los espectadores que como yo nos creemos la historia cuando está buenaaaaa y participamos en eljuego con el solo objeto, muy lúdico, de disfrutar de una buena peli!
ResponderBorrar(por de las féminas, lo de La secretaria es absolutamente entedible...) besos. Carla